La autoimagen –el concepto mental y espiritual que de sí mismo se forja el individuo- constituye la verdadera clave de la personalidad y la conducta.
La autoimagen determina y fija las fronteras de la consecución individual; define al individuo lo que éste puede y lo que no puede hacer.
Amplíese la autoimagen y se ampliará la “zona de lo posible”.
La formación de una autoimagen realista y adecuada le hará posible al individuo imbuirse de nuevas capacidades, nuevos talentos y, literalmente, convertir el fracaso en éxito.
Quien cambie la autoimagen transformará también la personalidad y la conducta.
—Psico cibernética (Maxwell Maltz)